TDAH y Patología Dual: Lo que necesitas saber
Muchas personas adultas que han tenido dificultades para concentrarse, terminar tareas, controlas sus impulsos o mantenerse organizadas desde jóvenes, pueden estar viviendo con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Aunque muchas veces se cree que el TDAH “se pasa con la edad”, la realidad es que puede seguir afectando a la persona durante toda su vida.
No es raro que quienes tienen TDAH también desarrollen problemas con el consumo de sustancias como alcohol, tabaco, cannabis, cocaína u otros. Esto se conoce como patología dual.
¿Por qué ocurre esta combinación?
El TDAH puede hacer que una persona se sienta frustrada, ansiosa o desmotivada, especialmente si no ha recibido un diagnóstico ni tratamiento. Para intentar calmar la mente, dormir mejor, o simplemente “bajar las revoluciones”, algunas personas recurren al consumo de sustancias. A esto se le conoce como la hipótesis de la automedicación. Aunque en principio puede parecer que ayuda, con el tiempo el consumo empora los síntomas y la calidad de vida de las personas.
Además, el TDAH y las adicciones comparten ciertos factores en común como:
- Impulsividad elevada.
- Dificultades para planificar y tomar decisiones.
- Problemas con el control emocional.
- Historia previa de trastornos de conducta.
- Experiencias difíciles durante la infancia.
Estos factores aumentan el riesgo de que una persona con TDAH desarrolle una adicción y a su vez que esa adicción sea más difícil de tratar.
¿Qué se puede hacer?
La buena noticia es que hay tratamientos eficaces para ambas condiciones. Hoy sabemos que:
- El TDAH se puede tratar en adultos, incluso si nunca se diagnosticó en la infancia.
- Se pueden usar medicamentos específicos que ayudan a mejorar la atención y reducir la impulsividad sin aumentar el riesgo de adicción, cuando son recetados y supervisados por profesionales.
- Las terapias psicológicas ayudan a mejorar el manejo del tiempo, las emociones, las relaciones y a reducir el riesgo de recaídas en el consumo.
- La psicoeducación y el apoyo familiar hacen una gran diferencia.
No es una cuestión de “falta de voluntad”. Es un trastorno real, pero tratable. El primer paso es entender lo que pasa. El segundo es pedir ayuda. Recuerda: entender el diagnóstico no es una etiqueta, es una herramienta. Cuanto más comprendas cómo funciona tu cerebro, más poder tendrás para cambiarlo.
Dra.Tuñón / Dr.Charris