Toma de decisiones y Terapia Familiar

La frase “toma de decisiones” activa en la mayoría de las personas una idea que todos tomamos decisiones y que básicamente, cuando lo pensamos, tomamos decisiones correctas, o que tomamos las decisiones que queremos tomar… si pensamos más sobre el tema no damos cuenta que quedamos convenciéndonos que estamos tomando las decisiones que queremos. ¿Será que esto es así?

La mayor parte del tiempo estamos tomando decisiones, ya sea que lo hagamos de manera atenta o automáticamente, la mayor parte del tiempo nuestras decisiones vien

en de cómo hemos crecido y también el hábito de cómo usamos nuestras decisiones y la información que manejamos.

Ejemplos de estas ideas sencillas puede ser sobre nutrición. Todos tenemos una idea bastante clara del beneficio o no de comer comidas azucaradas a cualquier edad, sabemos los riesgos que implica en cuanto a diabetes y otras enfermedades crónicas; sin embargo, también tenemos la información “yo crecí comiendo confites y productos azucarados” y…  ¿Qué hacemos con eso?

La mayor parte del tiempo nuestras decisiones automáticas tienen que ver con el pasado y con la contradicción entre lo que viví en mi familia de origen y la información actual que necesito integrar en mi vida presente. Tenemos que tomar una decisión entre lo que crecí viviendo como una pauta familiar común y lo que ahora sé. Si lo pensamos bien estas dos realidades NO son contradictorias en el curso del tiempo, lo son a la vez.

Vivir en automático es vivir gran parte del presente con deseos, hábitos y deseos en el pasado, más. Son memorias.

Otro ejemplo es beber alcohol. Hay mucho debate si hay una dosis “saludable” de alcohol, también está el hecho de personas que tienen una vulnerabilidad a una sustancia como el alcohol, hay personas que tienen una vulnerabilidad en la forma que funciona su sistema nervioso y el mensaje ¡ALTO!. En ocasiones ese mensaje no lo leemos tan bien y podemos desarrollar una situación de abuso de una sustancia, en este ejemplo alcohol.

La mayor parte de nosotros hemos crecido con imágenes de alcohol en nuestras vidas, fiestas, bautizos, cumpleaños y también tenemos recuerdos agradables… también tenemos recuerdos de aquellas personas que tienen un problema con el alcohol y cómo se comportan cuando beben y aquí llegamos a la contradicción de la información sobre nuestras decisiones.

Decidir es un acto que ocurre en el presente, ocurre en el ahora. Muchos de nuestros hábitos existen en el pasado y por alguna razón la mayoría de las personas no actualizamos esa información y pareciera que los aprendizajes o exposiciones a conductas que vivimos a través del desarrollo pesan más sobre el presente.

 ¿Cómo puedo facilitar la toma de decisiones? Hay una serie de ideas bastante fáciles que nos pueden ayudar a hacer un uso más atento de nuestros deseos y hábitos.

 Reflexiona sobre tu historia con toma de decisiones, ¿estás logrando las metas que tú mismo te has propuesto?, ¿te cuesta?, ¿qué plan para lograrlo has trazado?, ¿tu plan incluye buscar ayuda?

Hazte consciente sobre cómo se siente tu cuerpo cuando piensas en cosas como: azúcar, dulces, comidas grasientas, alcohol, cigarrillo… ¿Cómo se siente tu cuerpo?, trata de darte cuenta si tu cuerpo se siente “bien”… ¿Cómo se siente? Identifica si eso que sientes está en el presente o en el pasado. Con certeza también tienen recuerdos de indigestión por comidas fritas, también debes tener recuerdos de resacas y faltar al trabajo por beber alcohol en exceso, ¿Dónde están esas memorias?, ¿las recuerda tu cuerpo?

Estas preguntas te ayudarán a darte cuenta de la contradicción sencilla que nuestros deseos y placeres, dependiendo de nuestra historia de vida, tienen que ver con nuestra infancia y eso confabula para que esa idea “en mi familia los hombres bebemos alcohol” parezca una verdad, parezca una d-e-c-i-s-i-ó-n y realmente no lo es. Es una memoria. Tomar decisiones ocurre en el presente y requiere de nuestra ayuda, ¿Cómo podemos lograrlo?

  1. Ayúdate a decidir qué quieres tú en relación a tu hábito del pasado, en este ejemplo estamos usando el alcohol
  2. ¿Realmente estás convencido que el alcohol es bueno para ti, es fuente de bienestar o también está asociado a malestar, a dolores, enfermedades, peleas con tu pareja, ausentismo laboral?
  3. Para comenzar a hacer las cosas diferente, trae tu atención a lo que haces y pregúntate, ¿quiero beber esta botella o lata de cerveza?, ¿quiero tomarme este trago?. Si la respuesta es sí, ¿Cuántas cervezas debes beber? y traer tu atención a la decisión de cómo quieres beber en el presente, cuál ha sido tu decisión, qué quieres para ti en el presente.
  4. Identifica cuando tu memoria te trae recuerdos del pasado y te dice en tu mente “sería bueno tomar un trago”, estos momentos son muy importantes porque son los momentos en los que debemos hablar con nuestra mente y decirles nuestro plan de cómo vivir en el presente y traer mi decisión al presente.
  5. Cuando sales a lugares donde hay comidas que no te hacen bien y alcoho o cigarrillo: haz un plan. ¿Cuánto tiempo te quieres quedar en ese lugar?, ¿Cuánto alcohol debes beber de acuerdo con tu decisión?, ¿Cuánta comida frita o azúcar debo comer según mi presente?

Estos puntos son muy sencillos y tienen que serlo. Estar en el presente es sencillo. Tomar decisiones es estar atento a qué decidí y cómo convierto eso en una prioridad y qué tan bien he identificado mis obstáculos para llegar a esa meta y como con casi todas las cosas que nos pasan a las personas adultas en la vida: si le cuesta trabajo su decisión, si no es tan fácil, si no sabe qué hacer, ¡busque ayuda!

Escrito por: Rodolfo Justine, Terapeuta de Familia y Pareja

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