Preguntas Frecuentes

El tratamiento de deshabituación a alcohol y otras drogas de la Clínica de atención Integral de Farmacodependientes, es un servicio para los pacientes asegurados, por lo cual su cobertura y costos están incluidos dentro de sus beneficios en la Caja de Seguro Social. Otros tratamientos similares suelen ser de costos muy elevados.

Dependiendo del patrón de consumo, el índice de severidad de la adicción, tipo de sustancia(s) a la cual la persona es dependiente, la vía de administración y el tiempo estimado de eliminación de los principales metabolitos de la sustancia consumida en los últimos días, puede oscilar entre 48 a 72 horas. En consumidores crónicos a sustancias como el cannabis, benzodiacepinas u opiáceos es requerido varias semanas.

Un tratamiento intrahospitalario podría ser requerido en los casos en que luego de la evaluación médica se encuentren hallazgos de un trastorno por uso de sustancias o un trastorno co ocurrente médico o psiquiátrico de gravedad significativa. En pacientes con policonsumo, con índice de severidad de la adicción elevado o con un consumo ininterrumpido significativo que ponga en riesgo la vida del paciente. Y ante la sospecha de un cuadro de abstinencia como muy probable ante la suspensión del fármaco, alcohol u otra sustancia psicoactiva a la que el paciente es dependiente.

Dependiendo de los recursos de recuperación personales (la motivación al cambio, sus intentos de cesar el consumo previamente, su nivel cognitivo), recursos familiares, comunitarios, laborales y económicos son determinantes en la elección del dispositivo de tratamiento. Así como la presencia de un índice de severidad de la adicción que no favorezca o imposibiliten el abandono del consumo de la(s) sustancia(s) psicoactivas.

El beneficio y el progreso del individuo en tratamiento dependen de su motivación y capacidad de cambio, las adecuaciones que logre realizar en sus actividades de la vida diaria con la finalidad de sostener dichos cambios en el tiempo. Así como la presencia, fortaleci-miento y el uso adecuado de los recursos de recuperación (personales, familiares, laborales y comunitarios) como capital de bienestar y facilitadores de un nuevo estilo de vida.

La adicción o situación de consumo afecta a la persona que consume y afecta a su familia. Las sustancias psicoactivas generan cambios en el comportamiento del individuo, afectando así su forma de pensar y reaccionar, promoviendo muchas veces la desconexión con el entorno familiar y el aislamiento social. Fortalecer este vínculo puede ser favorable como capital de recuperación necesario. Una historia familiar, donde hayan ocurrido situaciones de abandono, desatención, consumo, malos tratos y trauman pueden ser un punto clave.

La sintomatología en la persona con trastorno por uso de sustancias, se caracteriza por la búsqueda de la sustancia a pesar de consecuencias adversas, experimentando ansias por el consumo, con síntomas físicos como palpitaciones, taquicardia, o emocionales como enojo, inquietud, depresión o confusión, luego del consumo o al cesar el consumo dependiendo del tipo de sustancia de uso habitual, función en el sistema nervioso central (estimulante o depresor) y el tiempo de uso de la misma. Por lo cual se recomienda la atención por grupo de especialista en dependencia química para vigilancia de síntomas y aplicación de escalas para evaluación y determinar plan de tratamiento ajustado a las necesidades del paciente y de ser necesario proceder al manejo de síntomas.

La persona con trastorno por uso de sustancias, del tipo de la adicción o consumo perjudicial, farmacodependencia o con alguna conducta adictiva, junto a sus familiares, los cuales estarán en sesiones grupales e individuales en diferentes espacios terapéuticos y en diferentes momentos, con el único objetivo terapéutico de la deshabituación.

Cuando una persona incurre en patrones de abuso de alguna sustancia psicoactiva y/o uso inadecuado de medicamentos que fueron prescritos con otro propósito y fin terapéutico por el paciente o usuario. Cuando la persona presenta ausentismo laboral y merma en su rendimiento laboral o académico, cambios emocionales como tendencia a la irritabilidad y otros cambios conductuales como el manejo irresponsable del dinero, problemas en la relación de pareja, intolerancia al hablar sobre el uso o abuso de la sustancia.

Toda actividad que sobre estimule el centro de recompensa en el sistema nervioso central, en un individuo con cierta predisposición, que al ser expuesto a esta hiperactividad dopaminérgica incurra en un desbalance en la transmisión neuronal, instaurándose conductas no solo impulsivas sino compulsivas, con la prioridad por dicha actividad, dejando de lado la interacción social o el cumplimiento de las obligaciones propias de actividades de nuestra vida diaria, donde la conducta se repite una y otra vez. Ejemplos: la adicción al sexo, la adicción a juegos de azar en línea o en lugares de apuesta o en casinos, la adicción a la tecnología como internet, redes sociales, videojuegos “tiempo en pantalla”, la adicción a ciertas comidas con contenido elevado de azúcares y grasas. Por lo cual siempre es recomendable la evaluación diagnóstica.