La adicción es una enfermedad compleja

Hace 10 años el NIDA (Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas) realizó un informe dirigido a profesionales de la salud y partes interesadas en el tratamiento de la adicción a drogas, y pese al tiempo transcurrido, su contenido es aún vigente y adaptable en diferentes localidades en el mundo, más aún cuando el flagelo de las drogas y la adicción parece no haberse debilitado, sino reforzado tras la pasada pandemia por Covid-19.

La adicción es una enfermedad compleja que se caracteriza por el deseo incontrolable de búsqueda y consumo compulsivo de drogas pese a las consecuencias negativas que se presentan durante el tiempo de consumo y posterior a ello.

La exposición prolongada a drogas afecta varios circuitos cerebrales que se comunican a través de redes neuronales y que se relacionan con estados como la gratificación, motivación, memoria, aprendizaje y control de las inhibiciones; de forma que las personas pierden la habilidad de tomar la decisión de detener el consumo y se vuelven dependientes a la sustancia, aumentando el riesgo de desarrollo de enfermedades mentales y físicas a la par de situaciones disfuncionales en el desempeño familiar, laboral y social.

Existen varias vías de afrontamiento para la adicción a drogas estructuradas con base a la dimensión del problema y la alteración de diferentes aspectos en las vidas de las personas, con componentes terapéuticos enfocados en las características individuales y las consecuencias del consumo, con vistas a lograr una abstinencia sostenida; a la que se llega por medio del cuidado continuo a largo plazo y la mayoría de las veces con varios ciclos de tratamiento.

Como podemos discernir, el tratamiento debe ser individualizado, pero con combinación de diferentes terapias que pueden orientarse según el tipo de droga. Lograr la abstinencia sin tratamiento es difícil. Los problemas laborales y familiares, el dolor físico no tratado, la enfermedad psiquiátrica no diagnosticada o tratada e incluso desencadenantes como olores, lugares, imágenes, amistades dificultan lograr la abstinencia y aumentan el riesgo de recaída.

Los tratamientos para las adicciones buscan contrarrestar los efectos disruptivos que tiene la adicción sobre el cerebro y la conducta. Sin embargo, las tasas de recaídas al consumo de drogas se asemejan a las de otras enfermedades crónicas como el asma, diabetes o hipertensión arterial, en donde la aparición de síntomas requiere retomar tratamiento o realizar ajustes que influyen en el curso de la enfermedad. Esta analogía permite que las recaídas en la adicción a drogas no se consideren como un fracaso al tratamiento, sino como un indicador que confirma la necesidad de seguimiento y evaluación continua junto a modificaciones en el estilo de vida durante un tiempo indeterminado, donde los manejos ambulatorios y prolongados han mostrado mayor beneficio a los pacientes.

Actualmente en la región predominan los programas tipo internamiento, residenciales, grupos de autoayuda y comunidades terapéuticas… Nuestro programa, CAIF (Clínica de Atención Integral de Farmacodependencia) es programa que cumple con las necesidades de la población al ser ambulatorio, accesible, integral, respaldado en medicina basada en evidencia y enfocado en la prevención de la recaída.

Fuente: Principios de Tratamiento para la drogadicción: una guía basada en las investigaciones Publicado en Enero 2014. www.nida.nih.gov

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