El consumo de cannabis y sus consecuencias
Dra. Yazmín Aracelis Tuñón Reed
Médico psiquiatra
Especialista en dependencia química con énfasis en intervención
En todo el mundo, se estima que 209 millones de personas de 15 a 64 años consumieron cannabis en el año 2020, lo que representa el 18.7% de la población que vive en comunidad de ese grupo de edad y 16.2 millones de personas cumplieron los criterios diagnósticos de Trastorno por consumo de cannabis, que tiene como característica central el consumo de cannabis a pesar de las consecuencias adversas.
El trastorno por consumo de cannabis ocurre en todos los grupos de edad, pero es principalmente una enfermedad de adultos jóvenes.
La mediana de edad de inicio es de 22 años con un rango de 19 a 29 años cada vez más temprano. Así por ejemplo en los Estados Unidos, en donde existen diversos institutos dedicados a la investigación de este tema, se ha reportado que el porcentaje de personas de 18 a 25 años con trastorno por consumo de cannabis (en el último año) en 2021 fue de 14.4% de la población. Números alarmantes para la región.
Del uso al abuso, del abuso a la dependencia y trastorno por consumo de cannabis
La medicina basada en evidencia nos demuestra que la exposición a tan temprana edad favorece condiciones neurobiológicas adversas para la neurotransmisión cerebral (forma en la que se transmiten las señales e información entre las neuronas) del o la joven, pues aún hay áreas como el lóbulo frontal que no han completado su desarrollo, en lo social, a su vez, favorece la pérdida del interés en los proyectos propios de la edad escolar, por lo que el adolescente puede incurrir en una inadecuada toma de decisiones con respecto al uso de ésta y otras drogas de abuso, incurrir en otras conductas de riesgo, dejar de cumplir con sus obligaciones escolares o procrastinar con los pendientes y asignaciones. Llevando todo ello al bajo rendimiento académico, planes futuros inciertos debido a sus efectos amotivacionales, la prioridad y ansia por el consumo. Así mismo, una edad más temprana de inicio de consumo de cannabis se asocia a un desarrollo rápido y más grave del trastorno por consumo de cannabis.
El trastorno por consumo de cannabis a menudo ocurre junto con otras condiciones psiquiátricas, incluyendo otros trastornos por uso de sustancias. Aproximadamente dos tercios de las personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno por consumo de cannabis tiene al menos otro trastorno por consumo de sustancias, más comúnmente alcohol o tabaco.
Casi la mitad de las personas que tienen un diagnóstico de trastorno por consumo de cannabis tiene un trastorno psiquiátrico concomitante es decir adicional al trastorno por consumo de cannabis también pueden tener criterios diagnósticos de otra condición adicional como la depresión, el trastorno de ansiedad generalizada, las fobias sociales o el trastorno por estrés post traumáticos. Haciendo más complejo el cuadro de presentación. Ameritando un enfoque personalizado y abordaje integral para ambos diagnósticos.
Consecuencias sanitarias por el uso de cannabis
El consumo de cannabis plantea una carga mundial de morbilidad, aunque sustancialmente menor que la planteada por otras sustancias psicoactiva como el alcohol, tabaco y otras. El proyecto de Carga Global de Enfermedad calculo que el consumo de cannabis en el año 2016 fue responsable de aproximadamente 646,000 años de vida sana perdidos por discapacidad, una tasa estandarizada por edad de 8,5 años por 100,000 habitantes. El consumo de cannabis se asocia fuertemente a eventos adversos como accidentes automovilísticos, cambios de conducta, tendencias suicidas, enfermedades cardiovasculares y pulmonares.
Los efectos psicológicos agudos del cannabis incluyen:
– Euforia seguido de posterior relajación y sedación
– Aumento del apetito
– Deterioro de la memoria a corto plazo
– Alteración de la atención y concentración
– Alteración de la coordinación motora
– Síndrome de hiperémesis cannabinoide (vómitos incoercibles)
– Algunas personas experimentan mayor ansiedad inclusive ataques de pánico
– Síntomas psicóticos con paranoia, delirios y alucinaciones en algunos casos.
– Deterioro cognitivo (alteración en la memoria, dificultad para incorporar nuevos conocimientos) y síndrome amotivacional (con desgano y apatía).
Los estados físicos agudos tras el consumo de cannabis incluyen:
– Dificultada para hablar
– Boca seca
– Inyección conjuntival (ojos rojos)
– Taquicardia
– Hipotensión ortostática
– Tos, sibilancias y disnea, aumento de la producción de esputo al ser fumada o vapeada
– Arritmias cardíacas transitorias agudas incluyendo fibrilación auricular, taquicardia supraventricular, contracciones ventriculares prematuras y taquicardia ventricular no sostenida.
– Alteración de la capacidad para conducir con aumento del riesgo de accidentes automovilísticos en un 30 a 40%.
En la abstinencia del uso del cannabis. Se pueden presentar con el paso de los primeros días sin consumo algunos signos y síntomas de la abstinencia, que pueden entorpecer la intención de abandonar el consumo. Y por ende la persona dependiente vuelve al consumo solo para aliviar estos síntomas en la abstinencia. Es importante señalar que estos síntomas son pasajeros y cada vez van a disminuir en intensidad y frecuencia con el paso del tiempo y se logran optimizar estos resultados con la supervisión, monitoreo, la implementación de algunas medidas para minimizar estos síntomas y el tratamiento oportuno. La presencia de estos signos y síntomas son criterios ineludible de dependencia (en una persona con consumo casi a diario e incapacidad para abstenerse de dicho consumo, con preocupación y prioridad por el consumo, conducta de búsqueda de la sustancia a pesar del daño y ansias por consumir) que con el pasar de los días sin consumo presenta un estado de ánimo deprimido, irritabilidad, ansiedad, disminución del apetito, alteraciones del sueño y síntomas físicos como calambres abdominales, dolores musculares, temblores, cefalea, sudoración, escalofríos y pérdida de peso.
En La intoxicación
La evolución temporal de la intoxicación por cannabis varía según la vía de administración. En la intoxicación por cannabis inhalado (fumado o vaporizado) los síntomas comienzan unos pocos minutos y dura 3 a 4 horas. La intoxicación por administración oral comienza entre 30 minutos y 3 horas después de la ingestión y dura de 8 a 12 horas. Acudir la cuarto de urgencia es recomendable ante la aparición de cambios bruscos de conducta, desorientación, somnolencia excesiva o agitación. Para manejo y tratamiento de soporte en una unidad de cuidados médicos, descartar consumo de otras sustancias psicoactivas y observación estrecha. El tratamiento hospitalario está indicado en caso de síntomas psicóticos o de estados de ánimo alterado. Los niños que ingieran de forma accidental cannabis corren el riesgo de intoxicación grave con desarrollo de estados de inestabilidad cardiopulmonar, convulsiones y coma.
Cabe destacar que los signos y síntomas varían según la composición de la sustancia, depende de la pureza y concentración, el componente principal si es CBD o THC y en las formas sintéticas las cuales pueden llegar a ser más potentes y peligrosas, la afinidad por receptores CB1 o CB2, si es un cannabinoide sintético, estos son agonistas plenos del receptor CB1 y tienen mucha más afinidad por este receptor (100 veces más).
Por todo lo anterior, exhortamos a jóvenes y adultos a evitar la exposición y el consumo
de sustancias psicoactivas entre ellos el cannabis y/o abandonar dicho consumo por el alto potencial de afectación en el bienestar biopsicosocial individual, familiar y colectivo.
No lo pienses más, no vale la pena seguir viviendo ni correr el riesgo vivir una vida de pérdida de tu bienestar. En el CAIF ofrecemos un abordaje centrado en el paciente basado en la evaluación diagnóstica inicial, acoplado a tus necesidades y prioridades.
Referencias Bibliográficas
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