Día Mundial de la Salud Mental: Una oportunidad para recordar…
Desde 1992 la Federación Mundial para la Salud mental (WFMH, por sus siglas en ingles), con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebra cada 10 de octubre el Día de Salud Mental. Dicha fecha ha tomado mayor importancia cada año, llevando a algunos países no solo a celebrar un solo día, sino una semana completa de actividades preventivas y educativas en temas de salud mental.
“Es hora de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”, es el tema elegido este año, con la finalidad de resaltar la importancia de la salud mental en los entornos laborales profesionales y a la vez concientizar sobre las dificultades críticas que afectan el bienestar psíquico, físico y social de los trabajadores, que se ven de una forma u otra vulnerados en sus derechos y condiciones de vida, ya sea por la discriminación, insalubridad, riesgos ocupacionales y condiciones laborales desfavorables.
Cada día enfrentamos nuevos retos para nuestra salud mental, personal y colectiva, las situaciones adversas del diario vivir, problemas económicos, enfermedades, las horas perdidas en el tráfico, las influencias climáticas y desastres naturales, la delincuencia y el crimen organizado, que se suman al impacto de los estresores de entornos de trabajo no saludables ni amigables, lo que conlleva a que las propias organizaciones, entidades gubernamentales, empleadores y trabajadores unan esfuerzos y elaboren nuevas políticas para realizar intervenciones que garanticen un presente y futuro más próspero, seguro, inclusivo y libre de estigmas para los trabajadores con y sin enfermedad mental.
Hay un evidente vínculo entre la salud mental y el trabajo, tomando en cuenta que el 60% de los habitantes del mundo actualmente laboran, ante las circunstancias ya mencionadas y la ocupación de un tercio de su día en horas de trabajo, todos sin excepción somos susceptibles a padecer algún trastorno mental, con impacto no solo a trabajadores, sino a toda la organización, familiares y la sociedad.
Educar sobre las enfermedades mentales, cuando identificarlas, como prevenirlas y cuando derivarlas en los entornos de trabajo, es un primer paso que rompe barreras y estigmas, aunado a la ayuda profesional de clínicas de empleados, las recomendaciones y asesoría de personal sanitario entrenado y la ayuda que pueden brindar instituciones públicas y privadas de salud para lograr el bienestar laboral óptimo. Sin embargo, esto es solo posible cuando se contempla el autocuidado como la vía final para tener una calidad de vida plena.
El autocuidado inicia por la propia persona. Identificar cambios en nuestra salud mental debe crear estrategias para enfrentar los estresores negativos por medio de acciones con efecto positivo para la salud mental y física como:
- Aprender técnicas de manejo del estrés y meditación
- Realizar las pausas activas y descansos programados de 15 a 30 minutos en el área de trabajo
- Trabajar en equipo
- Practicar la comunicación asertiva con superiores y subordinados
- Organizar y realizar listas de las actividades diarias en el trabajo
- No llevar el trabajo pendiente a casa
- Priorizar el descanso y sueño durante la noche
- No saltarse horarios de comida
- Preferir alimentos naturales y evitar los ultraprocesados
- Evitar consumo de bebidas alcohólicas y/o drogas
- Evitar la automedicación y la auto suplementación
- Realizar actividades al aire libre 2 a 3 veces por semana
- Tomar luz solar diariamente
- Realizar ejercicio de fuerza y ejercicio cardiovascular al menos 3 veces a la semana
- Tener controles periódicos de salud
- Socializar con otras personas dentro y fuera del trabajo
- Establecer relaciones saludables
- Tener tiempo en familia
- Agradecer cada día
- Ayudar a los demás.
Es tiempo de priorizar juntos la salud mental en nuestros entornos laborales.
Elaborado por: Dra. Yazmín Tuñón, Dr. Alfredo Ríos De León